El Jardín Italiano
En el período del Renacimiento, el jardín
representó una demostración de lo que el hombre puede
construir al confrontarse con la naturaleza. Los jardines del renacimiento
no fueron construidos para pasear o meditar, sino para ser consideradas
obras artísticas o para la contemplación estética.
Desde este punto de vista, la naturaleza es muy hermosa cuando esté
lógicamente organizada, cuando represente una forma
en la cual se puede expresar un idea.
Frente a la naturaleza, el hombre tiene una relación
matemática que acabó con la aparición del tipo
de jardín llamado arquitectónico, donde el jardín
está considerado un objeto artístico creado, calculado.
Aquí, la matemática se reúne con la poesía,
la ciencia se reúne con la fantasía, la ley con la libertad.
Las características comunes de estos jardines son los trayectos
geométricos, las plantas sempervirentes de formas irregulares
y la presencia de las estatuas y surtidores.
La idea del jardín renacentista nació
del deseo de encontrar el equilibrio justo entre la razón y la
fantasía creativa. A menudo, el jardín está asociado
con un lugar para delicias: el refugio de los intelectuales, artistas
y literatos, lugar de meditación y estados espirituales especiales,
en momentos festivos o de representaciones escenográficas.
El jardín italiano fue concebido en el siglo
XV, en Florencia. Una de las primeras construcciones con jardín
italiano fue Villa Medici (El Chalet de los Médicos),
que se encuentra muy cerca de Florentina.
En este tipo de jardín nosotros hemos sustituido
el verde oscuro de los arbustos sempervirentes con los matices alegres
de unas raleas de crisantemas. Así aparecieron plantas bajas
específicas del jardín italiano, donde se pueden encontrar
representaciones clásicas de algunas formas geométricas
estrictas, construidas exclusivamente por crisantemas, que son combinadas
con algunos elementos del arte topiar.
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